Si los resultados de tu test están dentro de lo normal, es posible que no tengas que repetir el test sino dentro de unos tres a cinco años, considerando factores como tu edad y la prueba en sí.
Pero ¿qué pasa si tus resultados son positivos, anormales o no son del todo claros?
Sigue leyendo para saber más acerca del propósito de detectar el cáncer de cuello de útero, comprender qué son las pruebas de VPH y Papanicolaou y qué significan con exactitud sus resultados para que tomes decisiones más informadas.
El cáncer de cuello uterino empieza en el cuello del útero, en la parte inferior de este, donde se desarrolla el bebé durante el embarazo.
¿Qué significa eso?
Eso quiere decir que cualquier persona con cuello uterino corre el riesgo de padecer de este tipo de cáncer y debe realizarse exámenes de detección de forma regular. Realizarte exámenes de detección periódicos puede ayudarte a encontrar y tratar a tiempo lesiones precancerosas y displásicas.
Por si no sabes qué son, se trata de células anormales que se encuentran en la superficie del cuello uterino, y son mucho más fáciles de tratar antes de que se conviertan en cáncer.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más común en las mujeres, estando directamente relacionado con una infección persistente con el Virus del Papiloma Humano (VPH).
La misma fuente reseña que todas las personas sexualmente activas contraerán VPH en algún momento de sus vidas.
No obstante, en una gran parte de los casos, el sistema inmunitario es capaz de eliminar el virus del cuerpo.
Por otra parte, es esencial realizarse las pruebas de detección a tiempo ya que, incluso cuando las células anormales demoran entre 15 a 20 años en convertirse en cáncer en sistemas inmunitarios no comprometidos, es mucho más fácil de prevenir la enfermedad que tratarla.
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De igual manera, se sabe que existen numerosos factores de riesgo que pueden acelerar el desarrollo del cáncer, lo que incluye el padecimiento de enfermedades de transmisión sexual, el tabaquismo, el uso de anticonceptivos hormonales e incluso un primer embarazo en edad temprana.
Siendo así, la realización de pruebas de detección de cáncer de cuello uterino deben realizarse en todas las mujeres bien al inicio de su vida sexual, o de acuerdo a la OMS a partir de los 30 años de edad (25 en mujeres que tengan otra enfermedad de transmisión sexual como el VIH).
Durante la fase de exámenes del cáncer de cuello uterino es posible realizar dos tipos de pruebas: la prueba de Papanicolaou y el test de VPH.
Tu ginecólogo te puede realizar una o ambas de ellas durante tu consulta anual.
Para que lo entiendas mejor, una prueba de Papanicolaou se enfoca en la búsqueda de cambios en las células del cuello uterino que pudieran llegar a convertirse en cáncer.
Por el contrario, una prueba de VPH está enfocada en la búsqueda de la infección causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH), un virus de alto riesgo que se transmite por lo general durante el contacto sexual con parejas infectadas.
La mayor parte de las infecciones por VPH tienden a desaparecer por sí solas sin presentar complicaciones para la salud, pero si las infecciones perduran durante años, pueden llegar a cáncer de cuello uterino u otros problemas de salud.
Si te preguntas qué tipo de prueba deberías hacerte, nuestra mejor recomendación, considerando que las pruebas disponibles se enfocan en factores diferentes, es que te realices ambas.
También es fundamental que te informes al respecto y pidas ayuda a tu ginecólogo si tienes alguna duda acerca de los resultados y de lo que estos significan.
Por lo general, la mujeres de entre 21 y 65 años de edad, deben hacerse las pruebas de Papanicolaou de manera regular.
Puede que también necesites una prueba de VPH después de haber cumplido 30 años.
Por otra parte, las mujeres mayores de 65 años que no hayan tenido antecedentes anormales en sus pruebas de Papanicolaou, o que hayan tenido estas pruebas normales durante un lapso de 25 años tienen la posibilidad de suspender su realización.
Si te preguntas cada cuánto debe hacerse el Papanicolaou y la prueba de VPH, habitualmente, debes hacerlas por lo menos cada tres años, a menos que los resultados que obtengas sean anormales o no sean del todo claros.
En los casos en los que los resultados de ambas pruebas, tanto de Papanicolaou y VPH fueran normales, podrías esperar unos cinco años antes de realizar la siguiente prueba. Ahora, sigue leyendo para saber más acerca de lo que pueden significar los resultados de tu prueba.
Una prueba de Papanicolaou puede ser normal (o “negativa”), poco clara, anormal o insatisfactoria. Por su parte, una prueba de VPH puede ser negativa o positiva.
Incluso si una prueba de Papanicolaou arroja un resultado negativo, todavía es necesario que te realices un examen de Papanicolaou cada tres años, ya que es posible que las células de tu cuello uterino cambien.
Una prueba de Papanicolaou anormal no significa directamente que tengas cáncer. Significa que los resultados de tu prueba muestran cambios en tu cuello uterino.
Estos cambios pueden ser menores, y que vuelven a la normalidad por sí solos o cambios graves, por lo general denominados "precáncer".
Si bien es poco común, una prueba anormal puede mostrar que puedes tener cáncer. Un resultado insatisfactorio de la prueba de Papanicolaou es aquel en el que no hay suficientes células en la muestra para analizar o, en algunos casos, estas están agrupadas.
Sin embargo, puede que no sea motivo de preocupación. Es posible que se te solicite que regreses dentro de unos meses para repetir la prueba.
Tu prueba puede ser negativa o positiva. Una prueba de VPH negativa significa simplemente eso: que no se encontró VPH.
Por lo general, puedes esperar otros cinco años hasta tu próxima prueba. Los resultados positivos o anormales de las pruebas sugieren que se encontró VPH de alto riesgo, el tipo más grave.
Si bien escuchar que tu prueba de VPH arrojó un resultado positivo puede ser desalentador, no significa que tengas cáncer. Significa que tienes más probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino en el futuro. Es posible que te pidan pruebas adicionales o controlar tu condición.
Si tus resultados son positivos, es importante que te hagas pruebas con más regularidad. Pueden pasar años hasta que las células anormales del cuello uterino se conviertan en cáncer.
Si se detectan a tiempo, estas se pueden tratar antes de que se vuelvan cancerosas. Ten en cuenta que es mucho más fácil prevenir el cáncer de cuello uterino que tratarlo una vez que se desarrolla.
En sus fases iniciales, el cáncer de cuello uterino por lo general no presenta ningún tipo de síntoma, lo que hace que sea más difícil de detectar.
Una vez que los síntomas del cáncer de cuello uterino se hacen presentes en una fase temprana, es común experimentar sangrado vaginal, así como después del coito, dolor pélvico o flujo vaginal con un olor fuerte.
La mejor manera que tienes de prevenir el cáncer de cuello uterino es realizándote las pruebas de Papanicolaou o la de VPH de forma regular. Tienes a tu disposición muchas más opciones de tratamiento cuando se detecta la enfermedad a tiempo, lo que incluso puede llegar a salvarte la vida.
Las pruebas de Papanicolaou pueden ayudarte a mantenerte al tanto de tu salud reproductiva, si bien los resultados anormales no indican necesariamente que tengas cáncer, sí pueden ayudarte a mantenerte al tanto de los cambios que puedan presentarse en tu cuello uterino.
Estos cambios no son persistentes, son variables a lo largo del tiempo por lo que realizarte la prueba de manera regular puede ayudarte a detectar a tiempo la enfermedad antes de que se presenten complicaciones.
De esta misma manera, la prueba de VPH es de vital importancia para detectar la infección. Una prueba de VPH positiva a menudo derivará en un examen del cuello uterino.
El examen tras una prueba de VPH que arroja un resultado positivo es fundamental para detectar oportunamente lesiones precancerosas que de otra manera pueden convertirse en complicaciones.
En ocasiones los resultados positivos pueden ser abrumadores, es normal que sientas miedo en un primer momento, pero si llegas a tiempo puedes reducir considerablemente la aparición de complicaciones, así como también prevenir el padecimiento de enfermedades más graves como el cáncer.
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